lunes, 30 de noviembre de 2009

Discución entre la ciencia y la homosexualidad




Muchas cosas se dicen acerca de la homosexualidad, a tal punto que no se sabe qué creer. La homosexualidad es de origen biológico, afirman los expertos, y explican que es así, por hallazgos como estos: el asta mas larga del cromosoma doce, la mayor o menor presencia de testosterona en el embrión, las diferencias anatómicas de cerebros masculinos y femeninos, el factor filogenético y más. Son todas explicaciones que intentan responder cuando alguien se pregunta: ¿Por qué soy homosexual? Usualmente se toman estas explicaciones como verdades absolutas y no se cuestionan, por su carácter de cientificidad.

¿Qué tiene que decir la ciencia de la homosexualidad?
El conocimiento acerca de la homosexualidad se construye de diferentes formas: desde la propia experiencia, desde la observación de una conducta, desde lo que se cuenta, desde el mito y desde la ciencia. Se entiende el porqué se hayan dicho tantas cosas acerca del origen de la homosexualidad. Tantas teorías, científicas algunas, otras no, pero todas con la intención de ayudar a comprender este enigma: el sustrato de la homosexualidad, que se ubica en un cuerpo, constituido por algo tangible; piel, huesos, músculos, pene, vagina, etc; y por un intangible: ideas, sentimientos, pensamientos, creencias, deseos. ¿Qué posición asumir?, ¿creer en la ciencia, sentarse a filosofar, tener fe?

Algunos se tranquilizan con la explicación de la causa biológica, necesitan algo concreto, tangible, que les explique por qué son diferentes a los demás. Otros buscan la explicación religiosa: ¿Dios me hizo homosexual? Y otros buscan la razón, la idea: ¿fue la sociedad la que me hizo homosexual? Yo era un CD en blanco y al nacer la cultura me formateó con la asignación de gay. Todas estas intenciones son esfuerzos de entender, conocer, comprender, esa realidad, la de sentirse atraído por una persona del mismo sexo. No siempre se tiene éxito en el esfuerzo. La homosexualidad es algo que cada uno siente y experimenta de forma particular, desde su subjetividad. En algún momento de la vida de cada quien, se empieza a despertar ésto de lo que no se sabe. Se generan dudas, miedos, desconocimiento, y con ello, las ansias de saber quién soy, qué soy.

No faltan argumentos para explicar la homosexualidad hoy en día; abundan teorías, discursos, los hay para todos los gustos, pero, ¿quién sabe más acerca de la homosexualidad, sino es la propia persona que la experimenta?[*] Las ansias de encontrar explicaciones sólo van a servir de velo para tapar la angustia de este sentir, que se vive como falta de saber sobre el Ser. Esto puede generar fanatismo científico, religioso o psicológico. Los debates se abren, todos opinan, incluso las personas que no sienten lo mismo que siente alguien con orientación sexual diferente, sea homosexual, bisexuales o Transexuales. Así, en vez de producirse un alivio de la angustia por el conocimiento, se produce más angustia, más desconocimiento, más sensaciones de estar perdido y no entender nada, de no tener la verdad sobre el quién se Es.

No es sencillo explicar qué es la ciencia y cómo se da el conocimiento que aporta. La mayoría de las personas tiene una única idea de la ciencia. Al pensar en la ciencia, se remontan a la idea del científico con bata blanca y metido en un laboratorio lleno de tubitos de ensayo y artefactos raros que despiden humo. Lo cierto es que éste es sólo un modelo de ciencia, pero no el único; hay más.

La epistemología es una rama de la filosofía que estudia a la ciencia, es una ciencia que estudia a la ciencia. Explica cómo la ciencia ha cambiado históricamente hasta llegar hoy a lo que conocemos como conocimiento científico. ¿Y qué es el conocimiento científico? Sencillo, un conocimiento que se construye con un método particular; es decir pasando por unos pasos. Pero no es éste el único tipo de conocimiento.

Un sinónimo de ciencia (episteme) es conocimiento. Las diferentes formas de lograr el conocimiento son las diferentes formas de ciencia. Las sociedades humanas desde sus inicios se han interesado por conocer el mundo y las cosas que pasan en éste. El lenguaje es la primera forma de acceder y producir conocimiento, porque designa al mundo, a lo externo y a lo interno. Por ejemplo, imaginemos que un hombre primitivo ve caer un rayo sobre un árbol y éste se incendia; seguramente quedaría asombrado, pero ¿Cómo el entendería este fenómeno? Primero tuvo que observalo, oírlo, y luego pensarlo. Seguramente no sólo lo pensó sino que a su vez lo quiso mostrar a otro; ¿y como hacerlo si el rayo ya calló y sólo se puede ver el árbol humeante? Lo hizó a través del lenguaje más rudimentario que el de ahora. Este hecho le interesó y empezó a deducir cosas: que el cielo se cae, que hay fuego en el cielo, que el árbol es peligroso porque atrae los rayos. Cualquier cosa, esta era su aproximación al hecho y lo que estaba haciendo era generar conocimiento, un conocimiento en este caso mitológico. La mitología fue la primera forma de conocimiento científico y eje importante del conocimiento religioso.

La humanidad fue cambiando al igual que su forma de ver el mundo y de entenderlo. Llegó a interesarse no sólo por los rayos que caen del cielo, también por las cosas que pasan en el interior del cuerpo; así surgió la medicina pre-científica, que suponía que algo en el interior del cuerpo sucedía y que se podía actuar sobre eso. En aquella época no se sabía que las enfermedades estaban únicamente dentro del cuerpo, sino que se pensaba que el padecimiento era efecto de fuerzas superiores o de la naturaleza.

Pero ¿Cómo saber que pasa en el interior del cuerpo? Observando su interior y viendo cómo funciona, algo tan complejo que dio origen a una serie de estudios fundadores de la medicina clásica. Se género un nuevo conocimiento, sobre todo con el estudio de personas muertas. Surge una pregunta importantísima ¿qué anima al cuerpo cuando esta vivo? Pregunta que se mantiene hasta ahora. Los griegos respondían que era el Ánima, del latín Animus, era un término que designa el alma. Así toda una vertiente de conocimiento, diferente al de la medicina, se generó a raíz de esto, en dos de sus principales ramas: el conocimiento religioso, que sitúa el origen del alma y su funcionamiento por influjo de una divinidad, llámese Dios; y el conocimiento filosófico, que sitúa el origen de esta Alma a otro mundo, al de las ideas. Antes la ciencia explicaba el funcionamiento del cuerpo vivo sin separar la filosofía de la medicina, ambos conocimientos se complementaban y constituían uno solo.

Luego, el conocimiento científico se fue separando del conocimiento filosófico por su método. Se podía operar sobre el cuerpo de un muerto en la ciencia, pero no se podía ubicar el punto donde reside el alma. El Alma pasó a ser estudiada con otro método por ser inaccesible a los sentidos. La primera psicología, originaria del mundo de las ideas de Platón[†], comparte junto con las matemáticas y la lógica, un método y un objeto de estudio, que se sitúa en el nivel de la abstracción. El Alma o psyque es el objeto de estudio de la primera psicología, es decir de la psicología filosófica o idealista.

En todo este transcurso de tiempo siempre ha surgido un conflicto, y es ¿quién tiene la razón y quién dice la verdad? Entonces hay quienes dicen que la verdad son los hechos, lo que se ve, y otros afirman que la verdad obedece a causas, y estas causas obedecen a una lógica, a una ley de funcionamiento que no se puede ver, pero de la que se pueden captar en sus efectos. Gran dilema: materialismo, idealismo, dos tipos de conocimiento científico siempre en pugna y del cual las personas del común no se enteran. Porque su idea de ciencia se limita a la ciencia experimental o positiva, desconociendo los aportes de las ciencias hermenéuticas, la historia entre ellas, que describe cómo se originó la homosexualidad como acontecimiento social; porque la homosexualidad como practica siempre ha existido, pero sólo en nuestra época ha sido pensada como algo que distingue a hombres y mujeres, y los separa de los demás.

Más allá de los discursos científicos de la época, más allá de las opiniones personales, el sentir homosexual es un sentir propio, particular, íntimo. Con las características de que se conoce o no se conoce, se acepta o se rechaza, se expresa o se reprime. Ningún tipo de conocimiento, de saber, de sentido, explica todo. La ciencia es ciencia porque sigue en la búsqueda de nuevo conocimiento, no todo esta dicho, si no la ciencia se acabaría. No hay una única ciencia, no hay un único conocimiento. Más allá de eso, la persona que tiene un sentir homosexual puede decir algo de sí mismo, puede ser su propio científico y construir sus propias explicaciones. Esto con la ayuda de un otro -científico, psicológico, filosófico, religioso- pero mas allá de ese otro.

© copy right

[*] “experimento” viene de “experiencia” que es captar con los sentidos. En este punto los sentidos captan parcialmente algunos datos de la realidad; es el psiquismo el que omite errores de ingreso de esta información y la organiza de forma que permita ser pensada. Esta organización y categorización se da en unidades de lenguaje. Sin embargo, en el lenguaje hay un problema y es que toda la experiencia no puede ser nombrada, siempre queda algo por fuera.
[†] Teoría de las formas

martes, 27 de octubre de 2009

La Segregación en el ámbito escolar (*)


En la actualidad los cambios económicos y políticos que se generan a nivel mundial han desembocado en el fenómeno de la migración hacia Argentina, fundamentalmente de poblaciones limítrofes, como Perú, Paraguay y Bolivia. Sin dejar de omitir a países como Colombia, Chile y Brasil. Esta migración esta compuesta por grupos de familias con hijos en edad escolar, que llegan a insertarse en las escuelas de las principales ciudades. La inserción de chicos de otras nacionalidades, creciente y ahora más evidente, hace que la escuela aparezca como un lugar en donde confluyen diversas culturas, pero este cambio social, no es vivido, por quienes participan de él, como algo positivo, sino por el contrario, se experimenta como malestar. Fenómenos de segregación, exclusión y rechazo son el orden del día entre las escuelas, cuyo efecto es: el ausentismo, la falta de logros escolares, la repitencia y la deserción escolar. En el presente trabajo se cuestiona a la escuela como eje social, ya que como tal, es un dispositivo formador de nuevos ciudadanos.

La escuela como institución se convierte en un reflejo de los acontecimientos que se están llevando a cabo a nivel masivo en el país. Se puede observar en el interior de ésta, la forma en que se llevan a cabo prácticas tales como la segregación y la Discriminación. En un lugar donde confluyen las diferentes culturas, identidades, incluso lenguajes, clases económicas y políticas, y en donde se esperaría cierta regulación social tendiente a la inclusión social de cada uno de sus usuarios.
La segregación y la discriminación son términos que no son correspondientes, ni similares. Wieviorka[1] define a la discriminación como la que impone un trato diferenciado en diversos ámbitos de la vida social, en la que un grupo étnico tiene un comportamiento que puede llegar a humillar al otro, y a la segregación como aquella que mantiene a un grupo “racializado” a distancia, reservandole espacios propios, que únicamente puede abandonar en determinadas circunstancias, más o menos restrictivas, entonces la segregación se puede entender como la separación, que desemboca en la ruptura del lazo social, y la discriminación como la que resalta la diferencia y le adjudica a ésta un tinte despreciativo.
Es un hecho de resaltar, que no se pretende generalizar el fracaso escolar de la totalidad de la población de inmigrantes como efecto sine qua non de la segregación, ya que es evidente que muchos de ellos, logran efectivamente adaptarse de manera satisfactoria al ámbito escolar en Argentina. No obstante el foco de atención de este trabajo se encuentra centrado en aquellos estudiantes que son minoría, y que por serlo, pagan una cuota de padecimientos por aquellos que logran una completa adaptación. Los discursos de homogenización y universalización, no logran llegar a ser, sin antes pagar un costo, y éste es el borramiento, aplastamiento y aniquilación del sujeto. El discurso “del para todos” en el ámbito escolar, oculta toda singularidad por el hecho de no encajar, dejándola del lado de un “no todos”.
El Discurso escolar:

El psicoanálisis toma a la segregación como un producto de una práctica discursiva. Lacan al hablar de los cuatro discursos: Discurso amo, discurso universitario, discurso del analista y discurso histérico, resalta que el ideal de cada uno de los discursos es un imposible, por ejemplo, el ideal del discurso Amo es imposible, porque no se puede gobernar a todos. Lauren [2] plantea que las instituciones educativas son necesarias apartir del ideal del deber educar a todos, pero esto se convierte en un mandato moral civilizador, que se impone en la base de una contradicción, ya que las instituciones declinan los nombres –llamase inmigrante- de los restos imposibles de tratar, lo ineducable. Esto indica que en el ideal la escuela educadora, siempre queda un resto, un residuo que no puede ser dominable, que no entra en la totalidad preestablecida.

Se puede decir que los inmigrantes o hijos de inmigrantes, que estudian en las escuelas del país, se ven forzados a “adaptarse” a un nuevo sistema “régimen” escolar. Se enfrentan a distintas maneras de “Hacer”, diferentes formas de aprender, conceptualizar, de expresarse, de comunicarse y de conducirse socialmente. La demanda escolar de adaptarse se experimenta como un “choque”, se les impone dejar atrás su país, su cultura, incluso su identidad, como consecuencia de la adopción de un nuevo estilo de vida escogido por sus padres. La naturalidad con que se da esta adaptación no cuestiona estas perdidas, se les resta valor, se desprecia lo propio, se anula el sujeto.

Esto nos lleva a preguntarnos, ¿están preparadas las escuelas para atender a la diversidad?, ¿es posible una inserción escolar sin que se pague el precio de la perdida del sujeto?, ¿promueve la escuela la diversidad, el respeto y la tolerancia entre los diferentes grupos étnicos, culturales y económicos?

Expondremos un breve caso poder pensar y reflexionar sobre estas preguntas. Maria es una niña de 11 años, nacida en Perú y radicada en la Argentina desde hace 3 años. Viene a consulta psicológica traída por su madre, ya que la escuela se lo exige como un requisito para mantener vigente su matricula dentro de la institución. La consulta psicológica se realiza por fuera de la institución. El motivo que presenta es el bajo rendimiento escolar. Dentro de la sesión se devela que el ámbito escolar, en donde se mueve Maria, presenta las características representativas de las instituciones escolares privadas de capital federal. La escuela está ubicada en la zona de Barracas, en ella conviven los hijos de varias comunidades de inmigrantes, en su mayoría originarios de Perú y Bolivia, junto con chicos cuyos padres son argentinos. Otra diferencia que se hace notoria, aparte de la nacionalidad, es la posición económica de las familias, que esta mezclada entre media-alta y baja, y se corresponde al lugar en donde viven: en palabras de Maria “Si viven o no en la villa”. Los chicos, notando estas diferencias, prefieren “Juntarse” con los de su misma clase. Los términos Villera, y peruana o boliviana son utilizados entre todos, como un código común que
Ofende, desprecia, además que ordena y separa.

En este ejemplo se observa claramente como se conjugan en un mismo campo la segregación y la discriminación. La segregación se da todo el tiempo, es la lógica de la escuela, a la que responden sus integrantes. En cambio la discriminación, surge en momentos específicos, mas relacionado con lucha de clases o posiciones de poder.

La segregación como lógica de la escuela plantea una función condicionante de inserción a través del discurso escolar. La escuela toma prestado el discurso de la ciencia positivista, que intenta alcanzar el universal, el “Para todos”, Homogeneizando los grupos, achatando las subjetividades y anulando las diferencias. Y en el caso del ejemplo planteado, lo excluido dentro del propio sistema escolar es el sujeto Maria, que no debe confundirse con la persona en si misma. La escuela segrega al sujeto di-ferente, que no es convergente a las normas escolares, lo segrega porque lo expulsa fuera del colegio. Para ellos hace tratar al problemático en otro ámbito externo, un ámbito en donde la escuela no es participe, en este caso el consultorio psicológico.

Esto trae como consecuencia que el discurso escolar legitime la segregación como practica, por lo tanto es el discurso escolar, y no el lugar escuela, el que segrega, al no ser permeable con la diferencia. Debemos hacer la siguiente aclaración; no toda la diferencia es segregación, ya que se está hablando de procesos o lógicas de segregación como efecto del Discurso y lo que este produce. Por lo tanto los efectos del Discurso de la segregación van a producir un resto, un objeto a que aparece como plus de goce e imposibilita la emergencia del sujeto. Lacan hace la acotación de que estos procesos de segregación están en extensión por el reordenamiento de las agrupaciones sociales por la ciencia, y principalmente de la universalización que introduce en ellas. Esto hace que el futuro de las personas quede dependiente de las políticas del mercado

El aporte del psicoanálisis como practica esta en relación al abordaje posible hacer por la depuración de la lengua, lejano del intento de hacer una terapéutica. En palabras de Lauren se hace necesario una clínica de los síntomas en la lengua, dejando de lado la censura, a partir del descubrimiento por parte de cada sujeto de lo que es nombrable e innombrable, por el uso que hace de la lengua de su comunidad. Esto supone mantener vacíos los lugares ocupados por las identificaciones sociales segregativas, mantenidas por un discurso que solo se cuestiona cuando produce malestar.

A modo de conclusión citamos un poema de Gabriel Roel titulado EREV YOM KIPPUR (Noche del día del perdón)

Donde dije
tres piedras no hubo eco;
fui perdonado.
Porque es entre otros la verdad
descompleta del asunto que somos,
en las cuentas con dios.

Prójimo otro próximo
ofensor y ofendido
Ofendido ofensor.
Zarza nombrada noche
Funny Games; sal arena de ayuno,
vorágine del mundo en ser de sed.

Noche decir de nada el don de lo soluble y resto; del sosiego.



* Versión resumida del Trabajo presentado en la Jornada de Salud mental y Educación, declarada de interés Parlamentario por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina, organizado por el Doc. Carlos Motta, Presidente del CESP.

Autores: Lic. Carolina Ayala Herrera y Lic. Ronald Peña
Bibiografia:

Lacan, J., “Proposición del 9 de octubre de 1967”, en Momentos cruciales de la
experiencia analítica, Manantial, 1967, Buenos Aires, pág. 22.

Laurent, E., “Segregación y Diferenciación”, en El Niño, N° 6, Instituto del
Campo Freudiano, Centro Interdisciplinario de Estudios del Niño, CIEN 1999, Barcelona, Pág. 60.

Nuñez, V., Aroma A. y Hebe T. “Tratamiento de la segregación”, en El Niño, N° 6, Instituto del Campo Freudiano, Centro Interdisciplinario de Estudios del Niño, CIEN 1999, Barcelona, Pág. 81.


[1] WIEVIORKA, Michel, 1992: 129.
[2] Laurent, Eric. P 61

lunes, 23 de marzo de 2009

Adicciones a los juegos de azar



María es una mujer de mediana edad 55 años, viuda desde muy joven, luego de llevar cinco años de casados, el padre de sus dos hijos varones muere, a causa de un accidente aéreo. De profesión psicóloga se desempeñaba como socia de un instituto de enseñanza terciaria. María presenta problemas con el Juego, al que le dedica en promedio trece horas del día, especialmente al juego de maquinas tragamonedas y el bingo, en una proporción de menor frecuenta casinos. Ella empezó a jugar hace diez años a raíz de la partida del país su último hijo, quien viajo al exterior a realizar sus estudios de posgrado, quedando sola en su casa. Refiere que inicio el juego como una forma de distracción para sobre llevar el aburrimiento que le producía estar en casa sola todo el día y para disminuir las tensiones que le producía su trabajo en el instituto.

Cuenta que al principio iba a los lugares de juego con la idea de encontrar gente y sentirse acompañada; sobre todo en el Bingo en donde asistían otras mujeres, a diferencia de los casinos, los cuales pensaba como lugares más masculinos. En un principio los premios no le importaban, hasta que empezó a tener pequeñas rachas de suerte que le proporcionaban momentos de felicidad y reconocimiento por parte de las mujeres que frecuentaban con ella el bingo. Estas pequeñas rachas de suerte iban y venían, así que destinaba cada vez más tiempo en intentar recuperar el dinero que había jugado y perdido, o al menos equilibrar el monto de lo apostado con lo jugado; idea que le proporcionaba la sensación de haberse divertido sin gastar dinero. Esta forma de jugar hizo que sus apuestas cada vez fueran mayores al igual que el tiempo que permanecía en el lugar. Paso de frecuentar los bingos de vez en cuando a ir diariamente, jugando inicialmente una o dos horas, hasta llegar a pasar días enteros los fines de semana jugando.

Su hijo mayor empezó a notar la ausencia de su madre en casa y su reticencia a hablarle por teléfono y a decirle donde estaba, percatándose de que ella jugaba. Nunca le increpo nada, porque para él era una distracción lúdica, además sus obligaciones como recién casado no le proporcionaban tiempo para ocuparse de ella. Todo cambio un día, cuando ella decide vender su auto. Al preguntarle su hijo por el motivo de la deuda, ella le cuenta que se le han acabado los ahorros del banco y que necesita hacer unos gastos este mes. Respuesta vaga que lo hace insistir en la pregunta, pero ella continuaba dando respuestas vagas y evasivas, negando que hubiese perdido el dinero en el juego, sin poder argumentar tampoco alguna inversión o gasto.

Cada vez aparecía más evasiva y se negaba a decir en donde había estado pasando el tiempo, siempre decía que había estado con sus amigas, pero ninguna de las amigas conocidas por los hijos daba fe de esto. Todos los días en las tardes o los días en que no trabajaba, eran destinados al juego, que paso a ser el centro de su vida, y aunque sus hijos lo sabían, siempre encubría la cantidad de tiempo que destinaba y el monto de dinero gastado.

En el último año todo empeoro porque el dinero que tenía empezó a faltarle para cubrir sus gastos y responsabilidades financieras, tuvo problemas para girar el dinero de los estudios a su hijo, lo que los puso sobre aviso de que las cosas no iban bien. Los constantes reclamos de los hijos sobre las inversiones que ella hacia terminaba en discusiones que la irritaban demasiado, en la instituto también empezó a tener problemas con los otros socios ya que el nivel de estudiantes había disminuido y veían la posibilidad de cerrarlo, esto le generaba un gran malestar y tensión y sentimientos de impotencia que la llevaban a pensar que la solución estaba en sacar un premio grande, llevándola esto a jugar de nuevo. Cada vez se mostraba más ansiosa e inestable en su personalidad.

En la Ludopatía el objeto aparece como un intangible, una “suerte” un “éxito” una ganancia cuyo soporte real va a ser el dinero, las monedas. Pero va mas allá de eso, se liga a la idea moderna de la satisfacción y la felicidad prometida a través de dinero. Vine a obturar la falla narcista que opera a través de un objeto de consumo. La sociedad moderna ofrece estos objetos engañosos. Es la vía “fácil” para alcanzar lo que generalmente se logra con el trabajo o la sublimación.

La pulsión así se “juega” entre ganar o perder, con las descargas de angustia que se obtiene del perder, apostarse. Resaltándose así una falla en el deseo y quedando atrapado en un circuito de goces que llevan cada vez más a la perdida de subjetividad, se pierde libertad, se pierde voluntad, se aliena el sujeto en el divertimento. Estos goces tienen un plus que es la desintegración subjetiva, se pierden vínculos, amistades, seguridades materiales construidas por años de trabajo. Siempre que se juega esta el fantasma del ganar, pero inconscientemente se juega para perder. Desde una postura Klienina se podría decir que la persona que juega no se siente lo suficientemente buena como para reservar para si mismo los bienes que posee, Las perdidas vienen a situarse como castigos por ser mal jugador, pero también por ser una mala hija, una mala madre o mala esposa. Actualiza así los vínculos de la infancia en dónde se deja a la suerte lo que no se es por si mismo capaz de obtener, se le demanda a la maquina tragamonedas o al tablero del bingo el bien, la seguridad que falto. Surge la repetición y la compulsión de obtener dichas satisfacciones, se olvida de la castración y de la imposibilidad de la completud.

En la ludopatía se niega la pérdida, sabemos desde el psicoanálisis que hay que reconocer la castración; la pérdida para devenir como sujetos, se pierde algo para ganar algo. El sujeto deviene de la perdida inicial que acaba con la completud con el deseo de la madre. La operación de la metáfora del Nombre del Padre permite que a través de sucesivos objetos no incestuosos, se tramite la descarga pulsional.

Cuando la persona con una ludopatía pierde; cae de nuevo en el goce mítico de la madre fálica que lo alienaba a su deseo, pierde su ser y su propio deseo, quedando sumergido en este goce alucinatorio, mortífero. El lugar de juego se transforma en el lugar en dónde puede depositar su angustia, la deposita, la deja, la pierde, contrario a las demás situaciones de la vida en donde “gana” más angustia. Le cuesta estar del lado de la falta, le cuesta vivir su vida con la angustia necesaria que es constitutiva del ser humano para poder crear algo. Es notoria también la perdida del interés por el otro.